domingo, 30 de diciembre de 2012

SIN SOLES NI NORTE


Un bosque sombrío.
Hojas secas en el suelo
sobre la húmeda tierra,
humedad que va calando en ellas…
Pisadas lentas acompasadas con el latido de su corazón…
Crujir de hojas, murmullo del viento…
Con sus frías manos levanta el cuello de su abrigo
Camina sin prisa, impregnándose del aroma del aire,
observando las desnudas ramas de los árboles,
con el oído dispuesto a percibir cualquier sonido…
un chasquido bajo sus pies, el piar de algún solitario pájaro…
Con un amargo sabor en la boca…
El viento aúlla cual desolado dolor sintiera.
El peso de su cuerpo hunde sus pies en cada pisada.
Un hilo de agua brota entre la tierra y las caídas hojas…
Acelera el paso casi sin darse cuenta,
tropieza, cae…da con sus rodillas en tierra.
Clava sus manos en el frío y húmedo manto que se extiende bajo su cuerpo,
viscosa tierra pegada en sus palmas…
Heladas gotas salpican su cuerpo,
se estrellan contra el suelo,
resbalan por su piel erizando su espalda…
Levanta la cabeza, alza su mirada al cubierto cielo,
todo es gris, todo en silencio,
el viento ya no se queja,
tintinear de perlas de agua…
Un sabor salado sorprende sus labios,
unas atrevidas lágrimas se derraman por sus mejillas…
Moja la lluvia, calan las lágrimas…
Llueve y llora.
Agoniza y llueve.
De nuevo grita el viento…
Tapa sus oídos, desata su boca, desanuda la rabia…
Se unen el viento, su voz y el agua…
El bosque se estremece ante tan desgarrador lamento…


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