Noviembre de 2019, haciéndome la misma pregunta, la respuesta vuelve a ser NO.
Entre una fecha y otra han pasado mil cosas, buenas, malas o regulares; he aprendido, he fallado, he amado y he sido amada... ahora sé muchas más cosas que antes, la vida es una buena maestra.
Y tengo que decir, y digo, que no me gusta quién te deja de hablar sin darte una explicación; que no me gusta quién te busca cuando antes te rechazó; que no me gusta quién bebe, no para ahogar sus penas, sino para ahogarse junto con los que le rodean,; que no me gustan los que te llaman, durante meses, a cada minuto, corazón o cariño si al siguiente minuto son borrados de la faz de la tierra; que no me gustan los que juegan contigo al gato y al ratón con el teléfono; que no me gustan los que te prometen amor si no van a dártelo; que no me gusta quién llora y miente para conseguir vil dinero; que no me gustan los vagos; que no me gustan los que solo piensan en que los mantengas; que no me gusta que me adores y luego no quedes conmigo, nunca vi persona tan ocupada y con tan poca vida propia; que no me gusta que me quiten el papel de madre; que no me gusta que me organicen la vida; que no me gustan quiénes no van de frente; que no me gusta tener tres trabajos para subsistir y que tú te gastes el dinero en vicios; que no me gusta que te dé igual el peligro que corro; que no me gusta ni estar soltera ni separada ni viuda ni casada; que no me gusta la distancia; que no me gusta el interés; que no me gusta... la lista podría ser interminable.
Otro día te contaré lo que me gusta.