lunes, 2 de noviembre de 2020

Me voy...aunque sea a la mierda

 Es la primera vez que heredo algo en mis 52 años, qué decir tiene que hubiese preferido no heredar nada.

Pensé que mi madre iba a ayudarme, también, después de morir.
Me ha correspondido una cantidad aproximada a 4 mensualidades mías, bueno, ni llega, aunque ésto lo cobra mucha gente en un mes, y una casa para sus hijos, o sea un trozo de casa para mí.
Después del desastroso año que llevo, pensé que ésto me daría una cierta tranquilidad durante unos meses, ya que a mí no me pagan mensualmente, y estoy siempre a falta del maldito dinero.

Con el consentimiento de mis hermanos, tenía la posibilidad de irme a vivir a la casa de mi madre, se lo comenté a él, y me dijo que me esperase un poco, que no me fuera, así evitaba una mudanza, porque sería cosa de pocos meses el que yo pudiera irme a su casa.
Así que decidí hacer caso y esperar, y  mi sobrina cogió el testigo de la casa, todos estuvimos de acuerdo en que ya que yo no me iba, que fuese mi sobrina la que pudiera vivir allí. Ahora no puedo decir que se vaya.
Así fue como perdí la casa, confiando.

Han pasado varios meses, tuve que dejar la casa donde vivía porque no podía seguir pagando el alquiler, y desde entonces vivo con mi hermana y su familia, esperando el deseado día de vivir con él.

Al ver que la cosa no avanza busco un sitio donde irme a vivir, pero me tengo que ir de mi ciudad, incluso salir de la comunidad autónoma, porque no puedo pagar lo que piden por aquí. Tampoco me quieren alquilar nada ante mi situación económica.
Solución, pagar por adelantado un año de alquiler a una hora en coche de mi niña.

La mayor decepción ha sido ver como para él es una buena opción. Un mes atrás me dijo que me fuera yo a su casa y después vendría él.
Consecuencias, el poquito dinero que debía servirme para no estar ahogada, lo tengo que gastar en irme a vivir fuera, bueno, no me llega, hay que aportar casi el doble, en un cuchitril donde deposito toda mi confianza, pensando que será el comienzo de mi nueva vida, esa que gira vertiginosamente sin control.

Gracias, mamá, por tanto, aunque me alegro que no veas mi situación porque solo te haría sufrir.
He perdido todo, a ti, mi salud, mi casa y el poco dinero que me dejaste, aunque la única culpable soy yo.