jueves, 19 de septiembre de 2019

Descubriendo

Me encandila este Madrid nuevo que empiezo a descubrir; ciudad de ejecutivos, médicos, empresarios...Ciudad que acoge durante días a los que no tienen aquí su residencia pero trabajan o hacen vacaciones en esta urbe.
Zapatos de tacón, color en los labios, vestido y bolso, es mi uniforme para recorrer hoteles de cinco estrellas u otros algo más modestos.
Habitaciones mías por un período de tiempo, cómodas camas y agradables duchas.
Caricias, susurros y gemidos hablan de placer entre paredes negras o blancas, entre cuadros abstractos o de flores.
Empiezo a desenvolverme en estos lugares, antes visitados en pocas ocasiones, como si hubiese pasado parte de mi vida en ellos, descubriendo perfiles y rostros, enterándome de vidas ajenas.
Observo el cambio de billetes de una cartera a otra, alegremente pagan por placeres, mientras cierras tu bolso pensando que mañana puedes hacer una buena compra.



4 comentarios:

  1. El placer también tiene su precio y quien sabe otorgarlo merecerá ese valor. Palabras que suenan a eso, a descubrimiento.

    Besos dulces para descubrir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Parece que todo tiene un precio en esta vida, y al final suena como una ayuda mutua, unos reciben lo que no encuentran de otra manera por falta de tiempo o de lo que sea, y otros pueden seguir comiendo y viviendo todos los días.. reciprocidad..
      Un beso muy dulce para ti en este sábado tan nublado en Madrid

      Eliminar
  2. Bello relato que oculta una triste realidad, que no logra aminorar la ternura de sus palabras.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Así es Juan, las cosas tristes, o que suenan a ello, también se pueden contar con mucha ternura.
    Un beso y buen sábado.

    ResponderEliminar

Gracias por tus palabras