Deshojar la margarita

Con ganas de soltar la pregunta a bocajarro.

¿Qué voy a perder? ¿Puedo ganar algo? 

Las señales son equívocas.

Miedos

Desde ayer por la tarde, que se fue a pasar el fin de semana con un grupo de gente, hemos hablado muy poco porque no tienen buena cobertura.

He estado tranquila, pensando en él y deseando que disfrute de estos días.

Pero he empezado a encontrarme mal en cuanto ha cruzado por mi mente la idea de que se haya podido enrollar con alguna chica.

Mis inseguridades, sí. Pero también algo que puede suceder.

Y he visto como mi bienestar presente  puede caer por un precipicio en vertical, y a toda velocidad.

 Nadie escucha el mar de emociones que estalla en mi pecho 

Parece que la vida siempre me pone a destiempo

Mi condena, ser ave de paso,

No habitar tu suave mirada,

No ser dueña del bálsamo de tu abrazo,

No tener cabida en la esencia de tu corazón.

Mi castigo, que no sepas verme,

Que no tiemblen tus labios con un solo roce, 

Hacer un nido que caerá de repente,

Ahogarme con otro eslabón.

Mi sentencia, zurzir mi alma con cáñamo,

Tirar la aguja en el negro infierno,

No dejar de llorar en el gélido invierno,

No escuchar, jamás, un te amo.

Realidades

 

Tremendo bofetón cuando me ha dicho:

 -Es que él no es tu pareja 

Ha retumbado hasta en lo más íntimo